La vie en rose est très belle, pero en colores es maravillosamente nutritiva

La vie en rose est très belle,  pero en colores es maravillosamente nutritiva

Elige vivir a todo color: tan solo tienes que fijarte en la naturaleza. En ella hay gran variedad de texturas y colores, que nos advierten sobre las vitaminas, los minerales, y, en general, los beneficios de los alimentos ¿Acaso no conoces las llamadas 'verduras arcoíris? Perfectas para brillar por dentro y por fuera.

¿Alguna vez te has preguntado por qué los vegetales tienen ese color, sabor y aroma que los hace tan especiales? Pues todas esas cualidades se deben a los fitonutrientes, químicos naturales que los ayudan a defenderse de las amenazas de su entorno (gérmenes, insectos, rayos del sol…). Precisamente, el prefijo ‘fitoproviene del griego ‘planta’, mientras que nutriente’ significa 'sustancia con vida’.

Dicho esto, comprenderás por qué uno de nuestros mantras favoritos es ‘Cómete el arcoíris’ y por qué nuestra despensa tiene tantas tonalidades. Queremos nutrirte para que te sientas increíble, y cuantos más colores haya en el plato, más amplio será el rango de fitonutrientes que recibirá tu cuerpo. Es una ecuación de cajón, pero seguro que se convierte en uno de tus preceptos favoritos a partir de ahora.

¿Te atreves a sentir el poder de los fito?

Como orientación, deberías poner entre tres y cinco colores diferentes en cada una de tus comidas para asegurarte de que le estás dando a tu cuerpo todo el amor (sano) que necesita. No sólo te estarás montando un festín, sino que te regalarás múltiples vitaminas, minerales, antioxidantes y fitonutrientes. Ten en cuenta que cada color proporciona unos beneficios diferentes, pero calma. Vamos a darte las pistas necesarias para que escojas con sabiduría los ingredientes para resplandecer, porque ser Begoísta es el resultado de decisiones bien reflexionadas y equilibradas.

¿Estás deseando descubrir las bondades que nos regalan los colores de los vegetales? En los planes Begoístas preferimos aquellos con mayor aporte de vitaminas y minerales, a la vez que bajo contenido en azúcar, pero queremos que interiorices estos conocimientos y puedas desenvolverte con soltura ante el plato.

Verde: ¡Clorofila pura! Directos a potenciar tu salud cardiaca y circulación. Los vegetales de hoja verde se delatan solitos. Son verdaderas fábricas de fitoquímicos y nutrientes. Cuanto más verde es un vegetal, más rico en vitaminas C, A, K y B (incluido el ácido fólico); y minerales como calcio, hierro, magnesio, potasio y zinc. Y mucha, mucha, mucha fibra. Qué abunde la rúcula, los berros, las hojas de mostaza, las hojas de diente de león, las acelgas, el kale, las espinacas, el perejil… ¿Alguien ha pedido unas piedras de algas de snack? ¿O prefieres refrescarte con un mocktail Liver Friendly? Los vegetales de hoja verde son, sin duda, nuestros favoritos.

Rojo: ¿Qué te transmite este color? Amor y mucha pasión. Los alimentos de este tono son ricos en carotenoides, principalmente en licopeno, flavonoides con efecto antioxidante. Son ideales para reducir el riesgo de cardiopatías, mejorar tu función cerebral y reducir la inflamación de tu cuerpo. Apuesta por la achicoria roja, el pimiento rojo o el tomate, ¡no te fallarán!

Azúl y morado: Demos la bienvenida a esta tonalidad maravillosa que, en un tiempo más breve del que imaginas, favorecerá tu salud cerebral y tu estado de ánimo. Será gracias a los flavonoides y proantocianidinas que contienen los vegetales de este color. ¿Cómo cuáles? Algunas estrellas de los planes Begoístas son la berenjena, la col lombarda o la remolacha. Y hablando de esta última, ¿ya has probado nuestro nuestro 'kétchup'?

Blanco: Admítelo: creías que el blanco iba a ser un color aburrido. Pero te equivocabas. Piensa en los glóbulos de este color y hallarás la información que buscas. Los alimentos con esta tonalidad contribuyen a aumentar tus defensas, de modo que estarás apostando por verdaderos antibióticos naturales, llenos de fósforo, potasio y magnesio. Los encontrarás en la cebolla, el ajo, el nabo, la coliflor o el puerro.

Naranja: Amigos íntimos de tu piel, cabello y ojos gracias a las bondades antioxidantes de la vitamina C, A y carotenoides, incluido el betacaroteno. Para una piel más radiante y luminosa, además de un bronceado más duradero, apuesta por la zanahoria, la calabaza o el boniato. Es posible colorear tu piel sin riesgos de exposición: de hecho, nuestro mocktail Broncéate se viste naranja y está dispuesto a hacerte brillar.

Amarillo: ¿Mala suerte? Será en los escenarios, porque lo que viene siendo en el plato, los alimentos amarillos destacan por sus propiedades medicinales y por contribuir a la salud digestiva. También facilitan el funcionamiento metabólico, porque son fuente de fibra, prebióticos y probióticos. ¿No se te ocurren ejemplos? Pues piensa en el jengibre, la chirivía o la cúrcuma, habituales en nuestros planes Begoístas.

Disfruta de la variedad (y proximidad) de cada temporada

La naturaleza es sabia y nos ofrece, en cada estación, lo que nuestro organismo necesita. Por ejemplo, ¿qué obtenemos en invierno? Dosis extra de vitamina C para reforzar el sistema inmunitario. ¿Y en verano? Hidratación para el cuerpo y una buena dosis de betacaroteno para proteger la piel. Por si fuera poco, las verduras que están en temporada benefician al medio ambiente, conservan todas sus propiedades nutricionales y tienen un sabor más intenso, ya que han sido recogidas al finalizar su ciclo. Las Begoístas tenemos muy en cuenta este principio, ¿y tú?

  • En invierno (diciembre, enero, febrero):

    El año empieza con predominancia de verduras verdes en sus hojas y raíces, como las hojas amargas, la alcachofa, las acelgas, la cebolla, el cardo, el puerro, la remolacha, el jengibre, la escarola, la coliflor, la borraja, el apio, la espinaca, la calabaza y la zanahoria. También el hinojo, la chirivía, la achicoria o las endibias.

  • En primavera (marzo, abril y mayo):

    La judía verde es la protagonista de la estación floral, junto a espárragos, berros, ajos tiernos o habas tiernas. A partir de mayo, también los guisantes, la lechuga, el pepino y el apio se hacen hueco, proporcionándonos protección ante la astenia.

  • En verano (junio, julio, agosto):

    Sube la temperatura y nuestro cuerpo pide alimentos refrescantes y ligeros. Queremos pimiento, tomate, lechuga, cebolla, judías verdes, pepino, berenjena, puerroNo le niegues al cuerpo la hidratación a través de deliciosas ensaladas.

  • En otoño (septiembre, octubre, noviembre):

    Dicen que es la época más melancólica del año. Vamos a animarla con calabaza, brócoli, canónigos, alcachofa, acelga, cebolla, coliflor, remolacha, boniato, borraja, hinojo, coles de hoja, puerro y una gran variedad de lechugas. Es momento de volver a los fogones y, desde luego, la despensa otoñal no se queda corta.

 

Como demuestra este repaso, la naturaleza pinta y colorea a conciencia. Si tiene más tonalidad por fuera, también hay más carga nutricional por dentro. Difícil elegir  entre tantos beneficios, ¿verdad? Nosotras no nos hemos podido resistir y hemos incluido todas las tonalidades en nuestros planes nutricionales. Sólo durante la primera semana, ya habrás comido más de 100 ingredientes vegetales distintos, para que tus células funcionen a plena potencia desde el primer día. Y porque nos encanta la abundancia, y porque no sabemos cocinar sin priorizar el PLACER.

Hasta que te decidas por uno de nuestros planes, ¿nos das tu palabra de que incluirás más de tres colores en tus comidas y cenas? No sólo te sentirás bien, sino mejor de lo que nunca hubieras imaginado. Tu cuerpo es tan agradecido y sabio que si le das lo que de realmente necesita para nutrirse, no tardará en mostrarse resplandeciente. A pintar un hermoso cuadro de salud y, de paso, llenar tus platos con los vegetales más coloridos de la temporada. Lo natural también es divertido.