Tenemos que hablar de la digestión en la alta cocina
Las hermanas Lluch hablan con conocimiento de causa, ya que proceden de la cocina más hedonista, la primera como presidenta de la Academia de la Gastronomía de la Comunidad Valenciana y la segunda como cocinera y pastelera en grandes hoteles de Francia y Estados Unidos. “Lo que más le importa a un cocinero, lo que más feliz le hace y más recompensa le ha otorgado históricamente, es que la comida sea muy buena y muy bonita. En cambio, el objetivo de un cocinero con conciencia, o un cocinero 2.0, es que el comensal no se tenga que echar una siesta al acabar de comer. Si lo que se come produce sueño, es una de las maneras que tiene el organismo de decir ese combustible, no me conviene. No puede ser que inmediatamente después de decir que te has pegado una buena comilona, pienses en dormir. No puede ser que la comida te mande a la cama si lo que se desea es seguir activo. Aunque nuestro cuerpo nos pide a gritos un cambio, como no existe una tradición afianzada en nuestro sistema culinario, seguimos sin ver cambios evidentes”.